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Diferencias entre propiedad y posesión: aspectos más relevantes

propiedad y posesión

La diferencia entre propiedad y posesión es un tema jurídico fundamental, aunque a menudo puede generar confusión debido a su estrecha relación. Ambos conceptos se refieren a la relación entre una persona y un bien, pero tienen implicaciones legales muy distintas.

En ocasiones, puedes ser propietario de un bien y además disfrutar de él, utilizarlo y beneficiarte de lo que produzca, pero también puedes ser el propietario de ese mismo bien y no poseerlo, es decir, que sea otra persona quien lo utilice y se beneficie.

Por otra parte, también se puede poseer algo siendo propietario un tercero. Es un tema complicado, por lo que vamos a ver la importancia de conocer la diferencia entre propiedad y posesión. Por esta razón, queremos tratarlo en el blog de Francisco Franco González, Procurador de los Tribunales.

Propiedad: El derecho de pleno dominio

La propiedad es el derecho pleno y exclusivo que una persona tiene sobre un bien, lo que le permite disponer de él de la manera que considere conveniente, siempre que respete las leyes. Es el derecho más amplio y absoluto en cuanto a la disposición de un bien, lo que incluye la facultad de venderlo, donarlo, alquilarlo, o incluso destruirlo. La propiedad está protegida por la ley y se adquiere generalmente por medio de contratos, como la compraventa o la herencia. Un propietario tiene también la capacidad de reivindicar su bien si ha sido despojado de él, es decir, puede exigir su restitución mediante acciones legales.

Un ejemplo claro de propiedad es ser titular de una vivienda: puedes habitarla, arrendarla o venderla, y nadie puede privarte de ese derecho sin una causa legal justificada.

Posesión: El derecho de uso y disfrute

La posesión, por otro lado, se refiere al hecho de tener físicamente un bien y usarlo, independientemente de si se es el propietario o no. La posesión confiere al poseedor el derecho a usar y disfrutar del bien, pero no le otorga la plena facultad de disposición que tiene el propietario.

Un ejemplo clásico es el de un inquilino que alquila un piso. Aunque el inquilino posee el piso en el sentido de que lo ocupa y lo utiliza, no es el dueño del mismo, y debe devolverlo al propietario al finalizar el contrato de alquiler.

A diferencia de la propiedad, la posesión puede no estar acompañada de un título de propiedad, y puede ser más vulnerable en términos legales. Sin embargo, el poseedor también tiene derechos protegidos por la ley, como el de no ser despojado de la posesión sin un procedimiento legal adecuado. Como establece el art. 446 del Código Civil, los derechos del poseedor deben ser respetados y si no se cumple, la ley obliga a que se le restituya.

Reclamación de propiedad y posesión

Cuando alguien se ve privado de la posesión de un bien, puede acudir a los llamados interdictos posesorios, procedimientos judiciales rápidos diseñados para restaurar la posesión de un bien que ha sido arrebatado o perturbado. Estos interdictos se centran en proteger el derecho de posesión sin entrar en la cuestión de quién es el propietario legítimo. Entre los interdictos más comunes están los de adquirir, recobrar, y retener la posesión:

  • Interdicto de adquirir: Se acude a él para obtener la posesión de algo recibido a través de una herencia.
  • Interdicto de recobrar: Se trata de una situación en la que el poseedor es despojado totalmente de la posesión, y aparece en el Código Civil, en el art. 441, donde se establece que nadie puede hacerse con algo de manera violenta si ya tiene un poseedor que se opone.
  • Interdicto de retener: Está regulado en el art. 606 del Código Civil y se produce cuando algo perturba la posesión, cuando otra persona nos perjudica en el disfrute de nuestra posesión. No nos la quita, ni impide que la utilicemos, solamente complica que lo hagas con normalidad.

Situación de «poseer en concepto de dueño»

En algunos casos, una persona puede poseer un bien en concepto de dueño, es decir, comportarse y ser percibido como propietario aunque no lo sea legalmente. Esto sucede cuando alguien ocupa un bien de forma pública, pacífica y continua, actuando como si fuera el propietario durante un periodo de tiempo prolongado. Si estas condiciones se cumplen durante un tiempo suficiente, la ley puede incluso reconocer a esta persona como propietario mediante el fenómeno conocido como usucapión o prescripción adquisitiva. Algunos ejemplos de jurisprudencia:

  • En una vivienda, la persona que vive en ella, actúa como su titular, realiza reformas, toma decisiones fundamentales, e incluso la alquila.
  • Un terreno en el que se trabaja y se recogen los frutos.
  • Los impuestos de los bienes inmuebles y de cualquier contribución, de los que se hace cargo.

Consideraciones legales adicionales

En los casos en que se generan conflictos entre propiedad y posesión, es crucial contar con asesoramiento legal para proteger los derechos correspondientes y asegurar que se siguen los procedimientos adecuados. Por ejemplo, si un propietario descubre que otra persona está en posesión de su bien, puede necesitar iniciar un procedimiento judicial para recuperar su posesión. Por otro lado, un poseedor que ve amenazados sus derechos puede necesitar acudir a la justicia para proteger su posesión.

En resumen, aunque la propiedad y la posesión pueden coincidir en muchos casos, son conceptos jurídicos distintos con diferentes derechos y obligaciones. Entender esta diferencia es clave para manejar adecuadamente los derechos sobre un bien, ya sea que se trate de un inmueble, un vehículo, u otro tipo de propiedad. Si tuvieras cualquier duda al respecto, puedes ponerte en contacto con Francisco Franco González, Procurador de los Tribunales de la Comunidad de Madrid.