Una de las desconfianzas que ha provocado recientemente la Inteligencia Artificial y, especialmente chatbots como ChatGPT, tras su irrupción el pasado otoño, es la posible destrucción de puestos de trabajo. Particularmente, en el ámbito de la abogacía, el propio sistema asevera que no sustituirá a los letrados, aunque tanto en este sector como en otros, la duda se cierne sobre los profesionales que se dedican a funciones paralegales o administrativas en los despachos.
Hemos preguntado al propio ChatGPT sobre esta intrusión en nuestro ámbito y nos ha respondido ofreciendo un enfoque positivo de la cuestión: “Es cierto que los avances en inteligencia artificial y en la automatización de tareas repetitivas podrían tener un impacto en la forma en que se realiza el trabajo en algunos campos, incluyendo el derecho. Por ejemplo, ciertas tareas legales que antes requerían de la intervención humana, como la revisión de documentos y la preparación de contratos, podrían ser automatizadas gracias a la tecnología”, asegura.
No obstante, también indica que no tiene “la capacidad de tomar decisiones ni de realizar acciones físicas que puedan afectar directamente a los empleos en ningún ámbito, incluyendo el de la abogacía”. ¿Hasta qué punto podemos fiarnos de ChatGPT?
Inteligencia Artificial: Una herramienta adecuada para demandas masivas y análisis de datos
Una de las cuestiones más interesantes con respecto al programa de inteligencia artificial (IA) creado por OpenAI, es su capacidad para analizar grandes cantidades de datos, algo que puede impactar especialmente en el trabajo de los abogados. Especialmente, lo hará en las firmas que se dediquen a resolver consultas jurídicas a través de la vía telefónica u online y en los despachos especializados en demandas masivas.
En este caso, puede realizar un trabajo importante de documentación, por ejemplo, buscando relaciones de sentencias que tengan que ver con un tema concreto, como las denominadas tarjetas revolving. La respuesta que nos dará añade un breve resumen del caso, tribunal y fecha. De la misma manera actúa, si le pedimos el formulario de un contrato de arrendamientos urbanos o un modelo para recurrir una multa de tráfico, entre otros muchos ejemplos.
Automatización de tareas, asistencia, generación de documentos y eficiencia. Así nos puede ayudar ChatGPT en la abogacía
Los abogados profesionales, lejos de tener desconfianza hacia la nueva IA, podemos utilizar este tipo de chatbots de diferentes formas, para mejorar nuestra práctica y brindar un mejor servicio a nuestros clientes. Aquí planteamos algunas de estas utilidades para el ejercicio de la abogacía.
En primer lugar, a través de GPT-3, podemos generar documentos legales, como contratos o peticiones de manera rápida y precisa. Esto puede ayudar a la profesión a ahorrar tiempo y a mejorar la calidad de los documentos.
También sirve como asistencia en la investigación. Puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los letrados a realizar investigaciones legales de forma más rápida y eficiente. Puede ayudar también a encontrar información relevante en una amplia gama de fuentes, incluyendo leyes, reglamentos y casos precedentes.
Igualmente, es una herramienta perfecta para la automatización de tareas repetitivas. Los abogados a menudo realizan tareas repetitivas, como revisar documentos y calcular plazos legales. Esta IA puede automatizar estas tareas y liberar tiempo para que los profesionales se enfoquen en otros aspectos más relevantes de su práctica.
Por último, cabe destacar también las mejoras en eficiencia. Al utilizar estos chatbots, los letrados pueden obtener información y realizar tareas de manera más eficiente, lo que les permite brindar un mejor servicio a sus clientes e incrementar la productividad.
ChatGPT4 en el ámbito jurídico-legal
Chat GPT4 es capaz de generar textos y contenidos a través de un modelo de lenguaje de generación a través de inteligencia artificial, lo que le permite completar oraciones, responder preguntas, traducir idiomas, generar texto creativo o realizar análisis de información y datos.
En nuestro caso, es capaz de devolver en escasos segundos, y a título de ejemplo, los fundamentos de derecho de una demanda de desahucio por impago de rentas de acuerdo con la legislación española; redactar una hoja de encargo profesional para abogado redactada en español u otros idiomas, o resumir la jurisprudencia imperante para la nulidad de la cláusula IRPH. Igualmente, puede hacer cosas como describir los requisitos para facturar conforme a Ticket BAI, el sistema de facturación simplificado de País Vasco y Navarra.
Los riesgos de la actual Inteligencia Artificial
Al nivel que ha evolucionado la inteligencia artificial y los robots en la actualidad, aún no les permite evitar los errores, o proporcionar información que no sea completamente relevante en un determinado caso. Tal y como ella nos admite, “no tiene la capacidad de reemplazar a un abogado”. La tarea del profesional es mucho más amplia, algo que no puede imitar ChatGPT, como un asesoramiento jurídico completo, la interpretación y aplicación de una determinada ley, e incluso la empatía, comprensión y uso de la experiencia, que, por el momento, sólo están satisfechas por los seres humanos.
A pesar de suponer un gran avance como modelo de lenguaje entrenado, podemos decir que ChatGPT está aún “en pañales”, y habrá que analizar su evolución durante los próximos años. En esta línea, la compañía Microsoft ha anunciado recientemente una inversión de 10.000 millones de dólares en OpenAI, como decimos, la organización que ha desarrollado este sistema de IA. Su principal rival, Google, también ha informado de una inversión de 400 millones de dólares en la startup Anthropic, que se encuentra actualmente desarrollando, Claude, otro de estos chatbot.
Los 20 empleos que corren riesgo de desaparecer por el desarrollo de la Inteligencia Artificial
Un estudio elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton y la Universidad de Nueva York, ha asegurado recientemente, que hay 20 empleos que están en peligro por el ascenso de la Inteligencia Artificial.
En cuanto a la profesión de la abogacía y otras profesiones relacionadas, este estudio pone en duda que peligren trabajos como los que desarrollan los jueces y magistrados. No cuestiona otros aspectos de nuestro sector. Pero sí lo hace de los teleoperadores y profesores de derecho, literatura, lenguas extranjeras, historia, religión y filosofía, sociología, psicología, comunicación, ciencias políticas e incluso de la justicia criminal.
Igualmente lo hace de sociólogos, trabajadores sociales, científicos políticos, profesores de estudios culturales, árbitros, conciliadores y mediadores, profesores de geografía y biblioteconomía, además de psicólogos clínicos y escolares. Es de relevancia, asegurar que para este estudio se han utilizado las 10 aplicaciones más utilizadas de IA.
Por último, es destacable la reflexión del director de inversiones de My Investor, Ignasi Viladesau, que cuestiona la importancia de la calidad de los datos que introducimos en ChatGPT. “Si tú le metes basura al sistema, te sale basura. Es rudo, pero es la realidad. Dependiendo de la calidad inicial de los datos, el algoritmo te va a sacar buenas o malas cosas”.
El sentido común nos dice que los chatbots, incluyendo ChatGPT, no pueden reemplazar por completo a un abogado profesional. Una persona cualificada sigue siendo necesaria para proporcionar asesoramiento personalizado, tomar decisiones relevantes y representar a sus clientes en cualquier juicio. Sin embargo, al utilizar la inteligencia artificial, nuestra profesión puede mejorar su práctica y brindar un servicio más óptimo y adecuado.